Ayer Pau Gasol recibió un homenaje de Los Angeles Lakers con la retirada del número 16 de su camiseta. Una ceremonia en la que el gran Pau no dejó pasar la oportunidad de dar las gracias a las muchas personas que le habían acompañado.

De sus palabras llaman la atención aquellas que dedicó a Phil Jackson, su gran entrenador y mentor.

Jackson se recordará en la historia del baloncesto por haber entrenado a 2 de los mejores equipos de la historia y 2 jugadores leyendas como Kobe Briant y Michael Jordan, ganando 11 veces el anillo de la NBA como entrenador (y otras 2 veces como jugador).

A Jackson se le reconoce por haber sido más un maestro que un entrenador obsesivo. Un líder que pensaba más en lo colectivo y a la vez en las personas, en sus intereses y sus problemas, buscando relacionarse con cada jugador como persona en su totalidad, más que como un engranaje más de una maquinaria del éxito.

Pau Gasol ayer le dio las gracias a Jackson por haberle introducido en el mundo del mindfulness y de las técnicas de relajación. Todo un punto de inflexión en su performance personal y deportiva, que le permitió desarrollar la capacidad de callar el ruido exterior para centrarse en el trabajo. Algo esencial que impide que las emociones condicionen lo que quieres hacer. 

También era un maestro de la gestión humana y un gran gestor de egos (Jordan, Pippen, Rodman, Briant,..).

Era normal verle sin pedir tiempo muerto en los malos momentos de sus equipos. Era para que los jugadores encontraran la solución. Él sabía que, entrenándoles a centrarse en el momento, si los jugadores se sintonizaban era muy probable que el partido se decantara a su favor.

Phil Jackson es sin duda un fascinante ejemplo de liderazgo centrado en las personas.

En el trabajo que realizamos con los directivos desde asTara, damos gran importancia a la idea de entrenar un modelo de liderazgo que se mueva desde una esfera muy íntima y personal. Trabajamos introduciendo técnicas como el mindfulness para fortalecer el auto-liderazgo de cada un@, con la idea de que sólo desde aquí se pueden poner en marcha formatos de liderazgo efectivos que engloben a la totalidad de la persona.