Las ventajas de introducir Mindfulness en las organizaciones.
La vida laboral ha cambiado drásticamente en los últimos años. Antes se podía realizar y llevar a cabo correctamente una tarea con una buena dosis de concentración. Hoy en día, intentamos concentrarnos en una tarea mientras contestamos a correos electrónicos, mensajes, llamadas, reuniones y con dead lines inminentes “para ayer”…
Se ha demostrado que en la era digital esta tendencia ha ido empeorando. Frente a las distracciones de móviles, tabletas, ordenadores y la hiper-conectividad en la que estamos sumergidos, nuestro cerebro intenta atender a todo al mismo tiempo, realizando muchas tareas a la vez. Pero las investigaciones dicen que cuando esto ocurre perdemos más tiempo, cometemos más errores y gastamos más energía mental.
Sometidos a una cantidad de datos e informaciones sin precedentes, a menudo se ha venido glorificando, sobre todo en ámbito profesional, los beneficios de la capacidad de una persona de atender a muchos asuntos a la vez (conocida por su denominación anglosajona multitasking).
Simplemente, nuestro cerebro no está diseñado para trabajar en multitarea, y por mucho que nos insistan o que nos exijamos, cada vez que nos distraemos y cambiamos de una tarea para realizar otra, nuestra performance cae en picado. De hecho, está demostrado que nuestro cerebro es incapaz de hacer no diez, sino dos cosas a la vez. Es más, cada vez que cambiamos de tarea nuestro cerebro requiere un cierto tiempo de adaptación, y pueden ser pocos segundos o varios minutos que nos restan energía y productividad.
Lo interesante también es que este funcionamiento responde a reacciones químicas en nuestro cerebro. Al realizar multitarea se producen inyecciones de dopamina en el cerebro. La dopamina es un neurotransmisor natural que produce placer y que está relacionado con las adicciones; realizando varias tareas a la vez nuestro cerebro recibe una gratificación y automáticamente sigue a la búsqueda de más gratificación y más dopamina. Por esta razón, a pesar de ser un factor de ineficiencia, de estrés y desgaste, nos vemos sometidos constantemente a la multitarea y a las distracciones.
un 47% del tiempo
nuestra mente
lo pasa distraída
Otras investigaciones, después de analizar el comportamiento de la mente, han llegado a la conclusión que un 47% del tiempo nuestra mente lo pasa distraída. Esto de manera muy sencilla significa que solo estamos aprovechando poco más de la mitad de nuestro tiempo en el trabajo, el resto se pierde.
Quizás estamos delante de una nueva variable del rendimiento en los negocios: la atención. Tradicionalmente se ha fomentado la mejora de los resultados y la productividad impulsando habilidades, cualificaciones, procesos, objetivos y otras variables de carácter más técnico.
Hoy en día las organizaciones se plantean seriamente qué porcentaje de esta distracción diaria podemos recuperar, y qué reflejo tendría esto sobre la performance empresarial. Aquí es donde entran los programas de mindfulness o de entrenamiento de la atención plena.
La ciencia ha demostrado que el cerebro tiene la capacidad de modificar constantemente su propia estructura, incluso generando nuevas conexiones neuronales a través del entrenamiento y repetición de nuevos hábitos. Es lo que se llama su neuroplasticidad. No estamos determinados (ni condenados…) por lo que hemos aprendido durante los años, si no que podemos seguir aprendiendo y ofrecernos la posibilidad de enfrentar nuevos desafíos. Un entrenamiento con mindfulness ofrece la posibilidad de mejorar nuestra capacidad de atención, permitiendo obtener toda una serie de beneficios muy importantes en términos de concentración, de memoria, de rendimiento y de satisfacción personal.
El mindfulness es el resultado de prácticas contemplativas y vivenciales milenarias, que han tenido desde siempre un gran encaje en la cultura asiática. En el mundo occidental ha sido gracias a la ciencia que, tras las investigaciones de Jon Kabat-Zinn con el MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction), en las últimas décadas el mindfulness se ha ido difundiendo como una disciplina de bienestar que tiene grandes efectos sobre la dimensión personal y profesional de los individuos.
La ciencia ha demostrado que con un entrenamiento de Mindfulness de 8 semanas podemos reducir nuestro nivel de estrés en el orden de un 40%. Otros estudios, incluso en ámbito corporativo, han encontrado sustanciales mejoras en la concentración, la memoria, la atención, la performance, la satisfacción laboral, la creatividad, la innovación, la mejora de las relaciones laborales e incluso la mejora en la ética de la toma de decisiones.
¿Por qué introducir el mindfulness en las organizaciones?
Llevamos años en una época en la que todo es incierto (lo último ocurrido ha sido la pandemia de COVID), todo va muy rápido y cambia para luego volver a cambiar otra vez. Nos encontramos en un entorno profesional donde la información viaja en fracciones de segundos, donde a veces el límite con nuestra vida personal no está muy claro; un entorno donde la cantidad de responsabilidades, tareas y cosas pendientes nos mantienen en una constante tensión y desequilibrio, distrayéndonos de lo importante de ahora con lo urgente de pasado mañana o con lo irreparable de antes de ayer.
La tendencia de nuestra mente es la de estar en un continuo estado de rumiación, pensando en por qué hice lo que hice y de cómo podía haber sido tal cosa actuando de otra manera, o de lo que va a venir y tendré que hacer para que no ocurra lo que aún ni siquiera ha ocurrido. El piloto automático en el que vivimos nos distrae continuamente de la tarea presente y hace que seamos menos eficaces y productivos y, lo peor, en la mayoría de estos momentos no nos damos ni cuenta.
Este es el primer elemento que empuja a las organizaciones a hablar de mindfulness. No nos damos cuenta de cuándo nos distraemos, de por qué tomamos ciertas decisiones, de qué emociones o factores nos empujan a actuar tal como lo estamos haciendo, no prestamos atención a las comunicaciones que estamos manteniendo. No nos damos cuenta de que hacemos las cosas repitiendo patrones mentales que seguimos desde siempre. No nos damos cuenta de la cantidad de cosas que podríamos hacer de otra manera y mejorar, simplemente porque estamos sujetos a un bucle de tareas y comportamientos reactivos que ni siquiera identificamos.
Y esto ocurre a todos los niveles, desde los directivos hasta los últimos empleados, simplemente porque es así como funciona nuestra mente, y porque vivimos en un entorno donde esto no tiene pinta de que vaya a mejorar por sí solo.
Trabajar el mindfulness en una organización significa entrenar en todas las personas la capacidad de prestar atención, y a la vez la de mantener la consciencia abierta para ver lo que ocurre en la mente y decidir deliberadamente el objeto de nuestra atención o incluso de nuestros propios despistes.
En los programas de mindfulness para organizaciones ponemos en marcha mecanismos que ayudan a las personas a darse cuenta de sus propias distracciones. Acompañamos para que cada un@ se empodere de esta enorme capacidad que tiene de guiar su propia atención a lo que es más importante o prioritario para él en ese momento. Esto significa entrenar una capacidad de autoliderazgo y auto-organización que mejora la eficacia de las decisiones y reduce el peso mental y el coste de las distracciones. Esto lleva a las personas a tener mejor rendimiento simplemente optimizando el tiempo de atención y concentración prestado. Prestar atención significa también aprender a reconocer cómo estoy y cómo me siento en un momento dado, gestionar de manera consciente las emociones y evitar reacciones instintivas. Conseguirlo ayuda a mejorar las relaciones personales en el trabajo, las personas se vuelven más atentas, más empáticas y miran más allá de su propia esfera de trabajo personal. Están más abiertas a entender y visualizar el rol de cada una de las personas en la organización, mejorando su visión de la empresa como un sistema de interrelaciones, acogiendo procesos de cambio de una manera más abierta y consciente y actuando de una manera más útil para sí mism@ y para la organización.
En definitiva, introducir mecanismos de mindfulness en una organización permite trabajar de manera transversal y duradera sobre la esfera personal y el bienestar de los empleados. Ayuda a dejar a un lado las formas fijas con las que se ha aprendido a ver el mercado, la empresa o a los propios compañeros, generando una poderosa base para transformar mejoras personales en resultados tangibles como organización.
Si has identificado situaciones de este tipo en tu organización o a nivel personal, y te gustaría profundizar un poco más sobre nuestros programas, ponte en contacto con nosotros sin compromiso, ¡estaremos encantados de atenderte!